¡Oh creador inefable!
Tú que eres la verdadera fuente de luz
y el soberano principio de sabiduría,
dígnate infundir en las tinieblas
de mi entendimiento
un rayo de claridad,
apartando de mí
la doble oscuridad en que he nacido:
el pecado y la ingnorancia.
Tú que haces elocuente
la lengua de los niños,
instruye mi lengua
e infunde en mis labios la gracia
de tu bendición.
Dame agudeza para entender,
capacidad para asimilar,
método y facilidad para aprender,
sutileza para interpretar
y gracia copiosa para hablar.
Dame acierto al empezar,
dirección al progresar y
perfección al acabar.
Tú, que eres verdadero
Dios y hombre,
que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
Amén.
Santo Tomás de Aquino
1 comentarios:
Hermosa oración de Santo Tomás de Aquino. Gracias, Eliana, por tu afecto, que es mutuo. Unidos en el afecto y en la oración. Un abrazo en Jesús y María.
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