La mujer de Dios procura ver a las demás personas como Dios las ve.
Es verdad que hay personas malas y que es difícil verlas con buenos ojos;
pero como ella es de Dios,
sus ojos siempre buscan ver el lado bueno de aquellas persona.
Es mejor ser perjudicado con buenos ojos que alcanzar ventajas con malos ojos. Cuenta una historia que un perro muerto desde hacía días
yacía al costado de la ruta.
Todos los que pasaban se horrorizaban al verlo
y se asqueaban por el olor que despedía
y por su mal aspecto, ya descompuesto.
sin embargo, un hombre que pasaba por ahí
se acercó y mirando al perro, les dijo a los demás:
"¿Vieron qué hermosos dientes?".
Ese hombre era Jesús,
que siempre miraba con buenos ojos.
"La lámpara del cuerpo es el ojo
así que, si tu ojo es bueno,
todo tu cuerpo estará lleno de luz;
pero si tu ojo es maligno,
todo tu cuerpo estará en tinieblas.
Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas,
¿cuántas no serán las mismas tinieblas?"
(Mateo 6:22-23).
(Mateo 6:22-23).
La veradera mujer de Dios
siempre le ve los dientes al perro muerto,
el lado bueno.
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